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¿Padeces el síndrome de Korsakoff? Centro Iter te propone terapias eficaces

El consumo de bebidas alcohólicas se han normalizado en nuestra sociedad hasta el extremo de que se desatienden todas las señales de alerta incluso cuando se llega a niveles de consumo que producen graves problemas para la salud física o psíquica. De este modo podemos ver a grupos de amigos que pueden llegar en una fiesta a niveles etílicos tan elevados que ninguno de ellos logrará mantenerse en pie, y sin embargo, tanto por parte de ellos como por otras personas en sintonía con esas costumbres, será recordado ese exceso como un buen momento que demuestra que, de verdad, se divirtieron. Lo mismo puede suceder en la tranquilidad del hogar en familias en las que es habitual el consumo en grandes cantidades de bebidas de alta graduación. Acabar la noche habiendo terminado la botella de whisky puede equipararse a haber sabido disfrutar.

Sin embargo, lograr divertirse, o saber disfrutar de la vida, no necesitan de las bebidas alcohólicas, aunque puedan estar presentes de manera puntual en algún momento.

Con esta falta de avisos sobre el peligro del alcoholismo las personas se adentran en una adicción que es de las más habituales, y a pesar de esto, en nuestra sociedad hemos minimizado la importancia que puede tener convertirse en un alcohólico. Desde la pérdida del trabajo, el distanciamiento de la familia y amigos, los problemas de convivencia, hasta las enfermedades que pueden llegar a ser irreversibles, nada de esto aparece en el camino de quien está en vías de convertirse en un adicto.

Aunque son muchos los peligros para nuestro cuerpo que se derivan del elevado consumo de alcohol, entre ellos la cirrosis hepática, arritmias, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, etc, en esta ocasión nos vamos a centrar en el síndrome de Korsakoff.

Los síntomas del síndrome de Korsakoff

Como síndrome que es, lo vamos a identificar por una serie de síntomas, que pueden estar presentes con más o menos intensidad.

La cuestión clave en este síndrome es que nos situamos ante un fenómeno amnésico, que se presenta con problemas de la memoria y del aprendizaje.

En el terreno de la memoria vamos a encontrar que, desde que se declara este síndrome, la persona que padece alcoholismo no consigue generar recuerdos de lo que está viviendo, de tal manera que su mente parece estar en blanco en todo lo que es su vida diaria, aunque esa ausencia de recuerdos se puede compensar con invenciones que no se elaboran de manera consciente sino como si la mente de estas personas rellenase de manera automática esas lagunas que se van formando. En estos casos, de amnesia anterógrada, los recuerdos recientes son invenciones.

Daños orgánicos en el inicio del síndrome de Korsakoff

Aunque no se conoce con exactitud qué causa este síndrome, si que se encuentran puntos en común entre los afectados que nos orientan a identificar los daños que pueden estar detrás. Entre ellos se tiene constancia de que la deficiencia en la absorción de vitaminas, en concreto de la vitamina B1 o tiamina, puede tener una importancia elevada en la aparición de este síndrome. Hay que tener en cuenta que el organismo de una persona alcohólica se degrada, en concreto su sistema digestivo y de manera significativa su hígado, que puede terminar en una cirrosis.

En estos casos la deficiente absorción de vitaminas estará cada vez más presente conforme avance esta adicción.

Además, también se ha encontrado que la encefalopatía de Wernicke podría ser una enfermedad que diese lugar al síndrome de Korsakoff como resultado de los daños producidos por dicha encefalopatía.

Terapia eficaz para personas que padecen el síndrome de Korsakoff

Aunque el alcoholismo es una adicción que puede conducir a enfermedades muy graves, incluso a la muerte, tiene una parte «positiva»: si lo identificamos a tiempo y superamos esa adicción, podemos revertir, por lo menos, parte de los daños causados. No sucede así en enfermedades con un origen incierto, o para las que no exista tratamiento.

Por lo tanto, ante todo debemos de ser conscientes de que conociendo el origen del problema, el consumo de alcohol, tenemos que comenzar lo antes posible con terapias que logren sacar a estas personas de esa intoxicación de su cuerpo.

En estas terapias, para pacientes con el síndrome de Korsakoff, deben de actuar profesionales que desde un abordaje psiquiátrico y neurológico, al que hay que sumar la atención psicológica, consigan la mejoría orgánica y mental.

Aunque la recuperación es lenta, pues estamos considerando un daño importante en el organismo, dar el paso de superar la adicción al alcohol va a conseguir que la persona afectada descubra cómo se produce una mejoría en su estado de salud. Con el apoyo psicológico se logrará que se gane en confianza y autoestima, de tal manera que la recuperación de la salud física y mental se asentará en un proceso firme camino de la curación.

En Centro Terapéutica Iter estaremos encantados de recibir su visita en la que podemos explicarle con más detalle todo lo que podemos hacer por usted. Contacte ahora con nosotros.

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