Identificación de un problema de alcoholismo en el periodo de abstinencia
La normalización del elevado consumo de bebidas alcohólicas ha conducido a que resulte complicado identificar una adicción ya que quienes se encuentran en el entorno familiar del adicto han terminado por valorar como normal que una persona pueda beber a diario, sobre todo cuando no se llega a un estado de ebriedad que le impida valerse por si misma.
Beber acompañando a las comidas puede dar paso a la toma de más bebidas en otros momentos del día, siendo este comportamiento fácilmente justificable por medio de ejemplos que se encuentran con facilidad en programas de televisión, películas, anuncios… De tal manera que no resulta tan fácil identificar ese hábito como una alarma que nos sitúan ante una adicción que terminará manifestándose con problemas graves de salud.
Sin embargo, hay momentos en los que la normalidad a la que se entiende que cualquier persona puede adaptarse con facilidad da paso a estados que manifiestan que existe una dependencia que obliga, sin más remedio, a la toma de bebidas alcohólicas. Esos momentos llegan cuando se inicia un periodo impuesto de abstinencia, que en ocasiones se presenta de manera inesperada, por ejemplo, cuando el adicto ingresa en un hospital por motivos imprevistos.
Por lo general, cuando mayor haya sido el consumo de bebidas alcohólicas, con más crudeza se presentarán los síntomas propios del periodo de abstinencia.
Los primeros síntomas de abstinencia se presentarán en torno a las ocho horas después de la última vez que se tomó la última copa, y alcanzarán un máximo en torno a los 2 a 3 días.
¿Cuáles son esos síntomas de abstinencia?
- La persona se vuelve muy irritable pues no puede tomar las bebidas que tanto necesita.
- Puede sentirse muy nerviosa, ansiosa o deprimida.
- Comienzan los temblores, que reclaman por parte del alcohólico de una bebida que logre tranquilizarlo.
- Se produce insomnio o se duerme con gran dificultad.
- Los vómitos, la sudoración, el dolor de cabeza y la elevada frecuencia cardíaca, también pueden estar presentes.
- En casos extremos se puede presentar un cuadro de delirium tremens en el que quien padece la adicción puede llegar a tener alucinaciones, temblores e incluso convulsiones.
Es evidente que nada de esto puede pasar en una situación normal, por esta misma razón si deviene un periodo inesperado de abstinencia, lo primero que hay que hacer es recurrir a la atención médica, pues en el caso de producirse delirium tremens podría llegar a peligrar la vida del paciente.
Una vez superado este periodo de crisis, y ya siendo conscientes de que la adicción nunca debería de normalizarse, lo deseable es recurrir a profesionales que le ayuden a superarla.
Si se encuentra con este problema de alcoholismo, le animamos a que contacte con nosotros en Centro íter. Sin compromiso alguno por su parte le informaremos de todo lo que podemos hacer para superar exitosamente su adicción.